¿Te encanta la cafeína?... Quizás te estás automedicando…
La hipótesis de la automedicación, propone que un gran número de pacientes dependientes de sustancias químicas han iniciado el proceso adictivo a través de contactos altamente gratificantes con drogas que han tenido la capacidad de suplir, o mejorar, un déficit o unas desregulaciones a nivel del Sistema Nervioso Central que previamente padecían.
El cuadro de dependencia se instaura muy rápidamente, a veces incluso después de un solo consumo puntual. Las conductas de consumo compulsivo de drogas que así se generan son contempladas, como procesos erróneos de auto tratamiento, que aparecen en individuos que deben ser considerados como enfermos para algunos, o como distintos para otros.
La culpa ya no la tienen una sociedad cínica, capitalista y permisiva, ni la debilidad del espíritu de la persona.
Y es que a pesar de lo obvio no se toma muy en cuenta que el proceso adictivo no se desarrolla en todos los individuos que consumen, repetidamente, drogas que pueden provocar dependencia, sino solamente, en algunos, muy pocos sujetos.
Una de las maneras que la psiquiatría aborda los trastornos drogadiccionales es a través de fármacos antagonistas específicos: intentan impedir el efecto reforzador de la droga de abuso, y por lo general no son terapias efectivas, la mayoría de las drogas tienen más rapidez de acción y menos efectos secundarios que los psicofármacos.
Algunos piensan que la demonización de las drogas es contraproducente, ya que estimula la oferta ilegal que impide conocer su calidad y pureza.
Es cruel; se permite que los sujetos asuman conductas de riesgo: Sobredosis, sida, prisión.
Es frustrante para los profesionales que tratan estos problemas por las constantes recaídas.
Es peligroso: Contagio de sida y otras graves enfermedades
¿Podría ser una manera de abordar el problema tratamientos de mantenimiento con las sustancias confortables?
No deja de ser digno de sorpresa que las únicas sustancias aceptadas para tratamiento de mantenimiento, como la metadona, para la adicción a los opiáceos (heroína, morfina), fueron sintetizadas para otros fines hace más de cuarenta años y con otro objetivo. Ningún laboratorio va invertir en fármacos potentes, con mínimos efectos indeseables, que se lo puedan prohibir. Es una tarea pendiente buscar nuevas moléculas utilizables en clínica.
Los opiáceos poseen un efecto terapéutico ansiolítico, antidepresivo,y antipsicótico.
La cafeína aumenta el nivel atencional en adultos TDAH.
La apatía, la anhedonia, la indiferencia afectiva, se verían en parte mejoradas por el efecto activador de las sustancias psicoactivas.
Debemos ser sensibles con los pacientes drogodependientes que se ven abocadas a gravísimos riesgos que ponen continuamente en peligro su vida y su libertad, por el hecho de haber descubierto que unas determinadas sustancias de uso ilegal mejoran, a veces de manera espectacular déficits físicos y psíquicos.
Para esto la medicina podría reclamar la pronta legalización, sanitariamente controlada, de las sustancias que necesitan estos sujetos, procurando simultáneamente, que la industria farmacéutica se interese por la investigación de nuevos fármacos sustitutivos que mejoren las posibilidades actuales de los tratamientos de mantenimiento
Esta opinión que avanzo que es contraria a la venta indiscriminada y libre, pero totalmente favorable a la legalización médicamente controlada.
Una gran parte de la humanidad se ha drogado desde siempre y los intentos de controlar esta conducta han causado mas daño que el que e quería evitar, también es absurdo el permitir algunas sustancias como el alcohol y el tabaco y otras considerarlas ilegales aunque incluso causen menos daño orgánico
La prohibición es la responsable de la intoxicación sobre dosificación y muerte de un gran numero de personas.
La prohibición allana el camino al Sida y a la prostitución, por el alto precio de las sustancias.
La prohibición es una de las principales causas de la alta criminalidad.
Las medidas legales punitivas están condenadas al fracaso en la actual sociedad de consumo.
Si se libera la venta se impedirían los beneficios del narcotráfico.
Para la mayor parte de la población actual las sustancias no son riesgosas cuando uno ha adquirido experiencia a tratar con ellas.
Los médicos y profesionales que se adhieren a la hipótesis de la automedicación abogan por legalizar las drogas, pero no por liberalizarla, o sea están por recetarlas y no que se compren en la calle.
Efectos nocivos de la liberalización de la drogas según los profesionales:
Mayor contacto de la población general.
Los peligros que implica la natural y riesgosa curiosidad humana sobre todo del adolescente.
La persona normal no tendría problemas con las drogas siempre y cuando fueran capaces evitar contactos demasiado prolongados que les abocara a desarrollar a síntomas de abstinencia, o miedo a padecerlo que impidiera detener el consumo y no existe aún respuesta a la duda ¿quedarían secuelas?.
La falta de cultura popular sobre el consumo controlado de drogas.
Los dependientes de alcohol y nicotina se cuentan por millones.
No esta demostrado que todos los sanos que han iniciado un consumo lúdico de las drogas puedan librarse tan fácilmente.
A pesar de estar en contra de la liberalización estos profesionales piensan que no es justo hacer sufrir a individuos por intentar compensar una enfermedad que padecen.
Lo siguiente es un comentario sobre este texto, realizado por Francisco que nos lo mandó a atención@info.com
Con respecto a la “hipótesis” de la automedicación curioso que algunos médicos aboguen por la legalización y no por la liberalización de “tóxicos”, ya que se sabe que entre el colectivo médico hay gran abuso de drogas. Las referencias del problema del consumo de sustancias no son nuevas, ya en 1869 J. Paget realizo un estudio con mil estudiantes de medicina entre los años 1839 1864 hallando que el consumo de morfina era mayor entre este colectivo que en otras profesiones.
La psiquiatría en general lejos de promover un mundo sin drogas, lo que hace es guardar celosamente en sus manos la capacidad de manipular el estado de conciencia ajeno: los psicofármacos y las drogas comparten los mismos mecanismos biológicos. Fármacos proscritos: Su pecado habrá sido dar placer. Su administración o no , en manos, en monopolio, de los nuevos sacerdotes del alma.
Un psiquiatra debería ser un experto en el alma, pero también es un funcionario del sistema, experto en homogeneizar, para ello irá dando palos de ciego con distintos fármacos hasta que el sujeto no pregunte, no busque, y aguante.
En general, la hipótesis de la automedicación es un aporte dentro de la ortodoxia psiquiátrica, pero hay que ir más allá, al pleno derecho del ejercicio de la libertad individual, a la liberalización total de las drogas. Los psiquiatras, farmacólogos, comparten aún con la ortodoxia católica, su aberración a todo lo que huela a confort.
Francisco.
(Estos comentarios son estrictamente personales y no reflejan necesariamente el pensamiento de Atención.org)